Una Colación de Grado y Posgrado 2017-2018 que marcó el rol social de la Universidad Pública

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En el marco de su 79º Aniversario, la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan celebró el Acto de Colación de Grado y Posgrado de la Promoción 2017-2018, en el Auditorio «Juan Victoria» de la Ciudad de San Juan.

En total, recibieron sus diplomas 27 profesionales de las siguientes carreras de Posgrado:

  • Doctorado en Ingeniería Eléctrica
  • Doctorado en Ingeniería de Sistemas de Control
  • Maestría en Ingeniería Química, Mención Procesos Limpios
  • Maestría en Metalurgia Extractiva
  • Maestría en Ingeniería Eléctrica
  • Maestría en Tecnologías Ambientales
  • Maestría en Catastro Territorial
  • Especialización en Tecnologías del Agua
  • Especialización en Ingeniería de Caminos de Montaña
  • Especialización en Gestión y Vinculación Tecnológica

Además, recibieron sus títulos de Grado, 187 egresados de las siguientes carreras:

  • Bioingeniería: 13 egresados
  • Ingeniería Agronómica: 24 egresados
  • Ingeniería Civil: 45 egresados
  • Ingeniería de Minas: 5 egresados
  • Ingeniería Eléctrica: 3 egresados
  • Ingeniería Electromecánica: 15 egresados
  • Ingeniería Electrónica: 21 egresados
  • Ingeniería en Agrimensura: 2 egresados.
  • Ingeniería Industrial: 29 egresados.
  • Ingeniería Mecánica: 9 egresados
  • Ingeniería Química: 14 egresados
  • Tecnicatura Universitaria en Beneficio de Minerales: 3 egresados
  • Tecnicatura en Explosivos y Voladuras: 2 egresados
  • Técnico Universitario en Gestión de Distrito de Riego: 2 egresados

Apertura musical

La apertura de la ceremonia estuvo a cargo del Cuarteto de la Cátedra de Contrabajo de la Universidad Nacional de San Juan, dirigido por el Profesor David Molina e integrado por Sebastián Páez, Mario Alaníz, Franco Soler y Francisco Fernández. El cuarteto interpretó las obras “Coral”, de Johannes Sebastian Bach, adaptación: Lucas Drew; “Ave Verum Corpus”, de Wolfgang Amadeus Mozart y “Celtic Lament”, de Rachel Macandrew, con adaptación y arreglos de David Heyes.

Mesa Académica

Una vez finalizada la actuación del grupo musical se conformó la Mesa Académica, presidida por el Rector de la UNSJ, Dr. Ing. Oscar Nasisi, el Decano de la Facultad de Ingeniería, Mg. Ing. Tadeo Alberto Berenguer, la Vicerrectora de la UNSJ, Esp. Lic. Mónica Coca; el Decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Ing. Rodolfo Bloch; la Decana de la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes, Mg. Rosa Ana Garbarino; el Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Lic. Raúl S. García; la Vicedecana de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Arq. María Elina Navarro; el Vicedecano de la Facultad de Ingeniería, Esp. Ing. Oscar Mario Fernández; la Directora de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud, Dra. Ana Naranjo; el Secretario Académico de la UNSJ, Dr. Jorge Pickenhayn y el Secretario Académico de la Facultad de Ingeniería, Ing. Daniel Argumosa.

Rol social de la Universidad pública

Los mensajes de todos los oradores estuvieron atravesados por una firme conciencia de defensa y visibilización del rol social de la universidad pública como agente de cambio, en el contexto actual.

El primero en dirigir un mensaje de despedida a la etapa de estudiantes y dar la bienvenida a su promoción de nuevos profesionales fue el Ingeniero Electromecánico, José María Ginestar.

Voces Paralelas transcribe el discurso

“Como sabemos la Ingeniería es piedra angular del crecimiento económico y del mejoramiento social de las naciones. Históricamente los ingenieros han sido parte central de la transformación del país al poner toda su habilidad, conocimiento y experiencia en la construcción de las grandes obras. Obras que abonaron al crecimiento económico y a la fortaleza material que permitió el desarrollo de nuestro querido país. Las grandes obras de infraestructura son el reflejo del esfuerzo y valía de nuestros ingenieros y no solo de una buena gestión gubernamental.

La tarea de los ingenieros argentinos es fundamental ya que debemos pasar de ser un país con potencial petrolero a uno realmente productor y exportador de manufactura de alta tecnología, que nos permita la estabilidad económica y la mayor creación de empleos que haya tenido este país en su historia. Para ello los gobiernos, la sociedad y los ingenieros debemos prever la acelerada innovación tecnológica de la mano de quienes deciden seguir el camino de la ciencia y la docencia. Esto nos debe encontrar más agrupados que nunca, para así poder afrontar un verdadero impacto, ya que cada uno de nosotros será parte de una cadena en la que debemos actuar con responsabilidad para encontrar soluciones creativas y sacar adelante a nuestro querido país.

Tengo el orgullo de ser la voz de estos jóvenes que hoy egresan, tratando de replicar aquí el pensamiento de esta inmensa minoría, inmensa de capacidad y conocimiento, minoría de graduados en relación a otras ciencias. Para comenzar voy a citar las palabras de Salvador Allende, un gran defensor de la educación pública en américa latina, donde decía, hay jóvenes viejos y viejos jóvenes, ¿Pero a que se refería Allende con estas palabras?

Hay jóvenes viejos que no comprenden que ser universitario es un privilegio extraordinario de solo unos pocos. Esos jóvenes viejos creen que la Universidad se ha levantado como una necesidad para preparar técnicos y que ellos deben estar satisfechos con adquirir un tıtulo profesional. Creen que esto nos da un rango y reconocimiento social, además de un instrumento que nos permite ganarnos la vida en condiciones de ingresos superiores a la del resto de los conciudadanos. Estos jóvenes viejos, si son ingenieros civiles, por ejemplo, no se preguntan cuántas viviendas faltan en nuestro país. Hay estudiantes que, con un criterio estrictamente liberal, hacen de su profesión el medio honesto para ganarse la vida, pero básicamente solo en función de sus propios intereses.

Haciendo analogías con otras especialidades, en la rama de la salud, hay muchos médicos que aún no comprenden o no quieren comprender que la salud se compra, y que hay miles y miles de hombres y mujeres que no pueden comprar la salud; que no quieren entender, que a mayor pobreza mayor enfermedad, y a mayor enfermedad mayor pobreza y que, por lo tanto, si bien cumplen atendiendo al enfermo que demanda sus conocimientos sobre la base de los honorarios, no piensan en que hay miles de personas que no pueden ir a sus consultorios, y son pocos los que luchan porque se estructuren los organismos estatales para llevar la salud ampliamente a la sociedad.

En la docencia, del mismo modo, hay maestros que no se inquietan en que haya también cientos y miles de niños y de jóvenes que no pueden ingresar a las escuelas. Muchas veces los docentes ven que el alumno no asimila, no

entiende, no aprende, no retiene; y no es porque no quiera aprender o estudiar: es porque cae en condiciones de menor valía, y eso es consecuencia de un régimen y de un sistema social; que por desgracia, hasta el desarrollo de la inteligencia está marcado por la ingestión de los alimentos, fundamentalmente los primeros 8 meses de la vida, ni hablar de las madres que por trabajar no pueden amamantar a sus hijos en la parte más importante del desarrollo; y no lo pueden hacer porque aún vivimos en una sociedad que ve con malos ojos a una mujer amamantar a su hijo en su puesto de trabajo. Y el panorama de nuestro país es dramático y doloroso en estas cifras.

Los datos marcan que, siendo un país potencialmente rico, la gran mayoría somos pobres. En América Latina, continente de más de 220 millones de habitantes, hay cien millones de analfabetos y semianalfabetos, sumados a estos ahora los tecno o ciber analfabetos. En este Continente hay más de 30 millones de desocupados absolutos, y la cifra se eleva por sobre 60 millones, tomando en consideración aquellos que tienen trabajos ocasionales. En nuestro Continente, más del 50 por ciento de la población según algunas fuentes, se alimenta en condiciones por debajo de lo normal. En América Latina faltan más de 28 millones de viviendas.

En estas circunstancias, cabe preguntar: ¿cuál es el destino de nosotros, los Jóvenes profesionales? porque este Continente es un continente joven. Cerca del 40 por ciento de la población de América Latina está por debajo de los 30 años y ningún gobierno ha podido solucionar los grandes déficits, en relación con la falta de trabajo, la alimentación, la vivienda, la salud y la educación.

¿Y entonces por qué nos sucede esto? porque somos un país monoproductor. Producimos materias primas e importamos artículos

manufacturados; vendemos barato, pero compramos caro. Pagando así el alto ingreso que tiene el técnico, el empleado y el obrero de los países industrializados. Entonces somos un país potencialmente rico, pero vivimos como pobres. Para poder seguir viviendo, pedimos prestado, pero al mismo tiempo somos un país exportador de capitales.

Con lo expuesto colegas, tenemos una gran tarea por delante, que no solo será desarrollar exitosamente nuestra profesión, sino que vamos a tener la gran responsabilidad de tener trabajadores a cargo, y en estas condiciones, no podemos hacer la vista gorda ante las deficiencias sociales tan marcadas que tiene el país. Es nuestra realidad y tenemos el compromiso de hacer valer lo que hoy recibimos, no como un certificado de poder sino como uno de compromiso con la sociedad y el ser humano. Tenemos la obligación de hacer crecer este país desde nuestro lugar de trabajo, guiando al operario, aprendiendo de su experiencia y alimentando que el fruto de su trabajo debe ser el encaminar a sus hijos por los senderos y por la defensa de la educación pública.

Nosotros tenemos que replicar que estamos hablando en una Universidad que entiende que para que se termine esta realidad brutal que hace más de un siglo y medio pesa sobre nosotros, se requiere un profesional que no se sienta un ser superior porque logró las condiciones suficientes para ingresar a una Universidad; se necesita un profesional con conciencia social que entienda que su lucha, si es ingeniero civil, es para que se construyan las casas necesarias que la sociedad necesita. Se necesita un profesional que, si es bioingeniero, levante su voz para reclamar que la medicina llegue a las barriadas más populares y vulnerables con estos sofisticados equipos que pudimos crear. Se necesitan profesionales que no busquen engordar en los puestos públicos, en la capital de nuestra ciudad. Profesionales que vayan a

los departamentos de nuestra provincia y se interioricen de las necesidades de su gente.

En nuestra querida Universidad nacional de San Juan, que es una Universidad de vanguardia, y tengo la certeza que la obligación patriótica de ustedes es trabajar en la provincia, la obligación del que estudió aquí es no olvidar que esta es una Universidad del Estado que la pagan los contribuyentes, que en la inmensa mayoría de ellos son los trabajadores. Y que, por desgracia, en esta Universidad, como en el resto de las universidades de la Argentina, la presencia de hijos de campesinos y obreros alcanzan un bajo nivel todavía.

Por eso, ser un joven ingeniero en esta época implica una gran responsabilidad, ya que como señalan los números somos un continente joven. La juventud tiene que asumir su responsabilidad histórica. Los jóvenes debemos entender que nuestra obligación de ser joven; y si se es estudiante, es darse cuenta que hay otros jóvenes que, como nosotros, no son estudiantes. Y si es universitario, con mayor razón mirar al joven campesino o al joven obrero, y tener un lenguaje de juventud, no un lenguaje solo de estudiantes universitarios, para universitarios. Los grandes cambios, no pasa por la Universidad y esto hay que entenderlo; los cambios profundos pasan por las grandes masas; lo hacen los pueblos; la hacen, esencialmente los trabajadores en los que nosotros nos vamos a convertir.

Debemos comprender que no hay una receta para cambiar el rumbo de todo lo que aqueja a nuestro país, que debemos tener un espíritu amplio y comprender que cada situación tiene su propia realidad y que es desde ahí donde se deben generar los cambios guiados en el camino de la honestidad, el trabajo y el respeto. De aquí es que como jóvenes debemos poner todos

nuestros esfuerzos para no convertirnos en esto que Allende llamaba los jóvenes viejos, porque ser joven y no querer cambiar el mundo es una contradicción hasta biológica; que no es un camino fácil, eso es seguro, pero nuestro país nos necesita.

En nuestros objetivos principales debe estar el dar trabajo a nuestros pueblos, no podemos escabullirnos de la responsabilidad social que hoy adquirimos. Así también debemos velar por la disminución de los profesionales que están desocupados.

Pero lo más importante y con esto me voy despidiendo es que aún nos queda aprender de los obreros que se encuentran en los barrios marginales; aprender del campesino que trabajará codo a codo con nuestro ingeniero Agrónomo, el que muchas veces sin hablarnos nos querrá contar su realidad; del obrero, que en la industria el empresario solo lo considera un número y no un ser humano, debemos aprender de las densas multitudes que han tenido paciencia para esperar nuestros logros. Debemos eliminar la injusticia, aumentar la solidaridad y fomentar las posibilidades de futuro a nuestra querida Argentina.

Como jóvenes ingenieros hoy somos causa y el factor esencial de los grandes cambios porque muchos de nosotros somos la primera generación de graduados universitarios, y tenemos la obligación por ser jóvenes de no incorporarnos a los vicios de los malos hábitos que tienen a nuestro país en estas condiciones, porque debemos ir a nuestras empresas, a las industrias o a la tierra, habiendo pasado por una universidad que nos haga saber cuánto pesa un fardo de pasto que se echa a la espalda el campesino que tiene que llevarlo, porque es bueno que el que va a ser ingeniero mecánico o eléctrico se meta en el calor de la máquina, donde el obrero en una atmósfera

inhóspita pasa largos y largos años de su vida; porque la juventud debe estudiar y debe trabajar, porque el trabajo voluntario vincula, amarra, acerca y hace que se compenetre el que va a ser profesional con aquel que tuvo por herencia las manos callosas de los que, por generaciones, trabajaron y nos bancaron con sus impuestos para que hoy estemos aquí.

Por los jóvenes, por los profesionales y por la educación pública les digo Muchas Gracias!!”

Por parte de los profesores de esta unidad académica, dirigió palabras a los egresados y público presente, el Ing. Augusto César Rago, quien destacó que “tengo el privilegio de dirigirme a ustedes para expresarles el sentimiento de orgullo y satisfacción al ver que han culminado años de estudio, esfuerzo y dedicación. Este esfuerzo conjunto de padres, familia, profesores, autoridades y personal de esta casa de Estudios les ha permitido tener las herramientas necesarias y suficientes para recorrer y triunfar en el camino que cada uno de ustedes elija para lograr los objetivos y metas fijadas».

Posteriormente, hizo uso de la palabra el Decano de la Facultad de Ingeniería, Mg. Ing. Tadeo Berenguer, quien instó a los recientemente graduados a «que sigan teniendo la misma curiosidad, las ideas y la creatividad que siempre los han caracterizado, pero al mismo tiempo, que nunca renuncien a sus sueños».

«Nunca dejen de ser estudiantes. Se van a dar cuenta de que toda la vida es una suma de momentos de aprendizaje, manifestó.

Seguidamente, expresó que «ustedes ya son profesionales, y como tales, han adquirido destrezas y competencias que les abrirán paso para desempeñarse con éxito en el mercado laboral. Pero también, deben desarrollar y llevar adelante los sistemas de valores que van a sostener éticamente lo que realicen de ahora en más. No olviden que accedieron a una educación basada en el desafío de garantizar la inclusión y la igualdad de oportunidades, respetando los derechos de todos para formar ciudadanos responsables, con espíritu crítico y accionar democrático. Y jamás olviden que tuvieron la posibilidad de estudiar en una Universidad Pública y Gratuita».

«Todos conocemos las dificultades por las que atravesamos como país. Pero para resolverlas debemos crecer. Eso solo se logrará con el compromiso de todos, con la participación y con la acción desde el lugar en que nos toca estar. Pero con el compromiso público frente a toda la comunidad y ese compromiso debe ser respetado por ustedes durante toda la vida como profesionales egresados de esta Casa de Altos Estudios», agregó la máxima autoridad de la Facultad de Ingeniería.

En uno de los pasajes más enfáticos de su mensaje, manifestó el Decano Berenguer que «la Universidad trabaja con presupuestos acotados, escasos para poder cumplir con la excelencia académica, la gratuidad, el sostenimiento de un sistema de ingreso menos restrictivo y más inclusivo. Estos son verdaderos éxitos que no se ven reflejados en las encuestas o informaciones que hoy conocemos a través de los medios. Pero sabemos que nos acercan más a la sociedad a la cual nos debemos». Es por eso que señaló: «La Universidad pública, a pesar de tener dificultades, no debe ser degradada».

Hacia el final de su mensaje, se dirigió directamente a los nuevos profesionales: «Levanten la voz ante la sociedad y hagan valer su verdad. Sabemos que sin conciencia, la ciencia y la información recibida, será un artículo de lujo para unos pocos y no lo que debe ser: un bien para ser compartido para edificar un mundo más justo en el que haya lugar para todos», concluyó.

Por su parte, el Rector de la UNSJ, Dr. Oscar Nasisi cerró los discursos, con una reflexión sobre el 45º Aniversario de la Universidad Nacional de San Juan, que se celebra el 9 de octubre. En este sentido, comenzó su mensaje manifestando que, con motivo de la celebración, «un equipo multidisciplinario en el que participan docentes e investigadores del Departamento de Electrónica y Automática de esta Facultad y de otras áreas de la UNSJ presentará los avances de un proyecto sobre Telemedicina y Deporte. Se trata de la aplicación de las nuevas tecnologías a la detección de afecciones cardíacas en niños y jóvenes deportistas, aún, cuando para estos últimos sea imposible acceder a estudios médicos por razones de distancia o por carecer de una obra social que les permita hacerlo”.

En relación a esta referencia en un acto de egreso, explicó que «si la ingeniería o la Bioingeniería en este caso, no hubieran alcanzado el grado de desarrollo que hoy tienen, esto no sería posible. Pero tampoco sería posible si no hubiera ingenieros y técnicos conscientes de que el conocimiento y el avance de la tecnología sólo tienen sentido cuando son puestos al servicio de las personas. (…) Defendemos la universidad pública para los chicos de las Sierras de Elizondo, los que van a las escuelitas de fútbol, los que pertenecen a familias donde nunca nadie fue a la universidad, aunque haya sido su sueño. Y lo hacemos no desde la caridad, que es vertical y mira desde arriba, sino desde la solidaridad, que es horizontal e implica respeto mutuo”, expresó el Rector.

Entrega de distinciones académicas

Diplomas de Honor

De acuerdo a la normativa vigente en orden a la distinción de los mejores promedios de la Promoción, durante la ceremonia recibieron Diplomas de Honor los ingenieros:

  • Matías Santiago Escobar Llorvandi: Ingeniero Industrial
  • Nicolás Alejandro Krank: Ingeniero Químico
  • María Natalia Soria: Ingeniera Civil (ausente durante la ceremonia).

Distinciones del Centro de Ingenieros de San Juan

Como cada año, el Centro de Ingenieros de San Juan entregó distinciones a los mejores promedios de distintas especialidades. En este caso, la presidente de la institución, Ing. María Inés Lecich y el vicepresidente, Ing. Mauricio Javier Carletto, distinguieron a los siguientes profesionales:

  • Matías Santiago Escobar Llorvandi. Ingeniero Industrial
  • Nicolás Alejandro Krank. Ingeniero Químico
  • María Natalia Soria, María Natalia. Ingeniera Civil
  • César Ezequiel Flores Quiroga. Ingeniero Electrónico
  • Maximiliano Emanuel Riveros Belbruno. Ingeniero Mecánico
  • Cristian Jesús Martinez Ingeniero Eléctrico
  • Eliana Carolina Quinteros. Bioingeniera
  • José Leonardo Storniolo Martín. Ingeniero Agronómico
  • Juan Pablo Carrizo Retamar. Ingeniero Electromecánico

Distinción del Colegio de Profesionales de la Agrimensura de San Juan

Por su parte, el Colegio de Profesionales de la Agrimensura de San Juan se sumó al reconocimiento haciendo entrega de una distinción al egresado con promedio más alto de la especialidad Ingeniería en Agrimensura. En este caso, el merecedor del diploma fue el Ingeniero agrimensor: Sergio Daniel Fernández.

Comunicados de Instituciones profesionales de la Ingeniería

Una vez finalizada esta entrega, se dio lectura al mensaje del Consejo Profesional de Ingenieros y Agrimensores de San Juan, quien dio la bienvenida a los nuevos profesionales e invitó a aquellos que vayan a ejercer su profesión en esta provincia a acercarse a su sede a habilitar su matrícula y así jerarquizar su profesión registrando los trabajos sumándolos a su acervo profesional.

Por su parte la Caja Previsional para profesionales de la Ingeniería y la Agrimensura de la Provincia de San Juan felicitó y dio la bienvenida a los nuevos profesionales a esta nueva etapa que inician, deseándoles un fructífero desempeño profesional, como fruto del esfuerzo que ha significado obtener el presente título de grado. Asimismo, la Caja manifestó por medio de un comunicado que espera a los egresados en su sede «para hacer conocer su objetivo fundamental, que es el de resguardar su seguridad social, entendiendo como tal, su desarrollo laboral y dar cobertura a aquellas contingencias propias de la vida humana, como son la vejez y el apoyo solidario a sus familias».

Cierre del acto

Una vez finalizada la lectura de los mensajes y entrega de distinciones se procedió a la entrega de diplomas de Posgrado.

Acto seguido, se proyectó un video especialmente preparado por la Facultad de Ingeniería para recordar a cada uno de los estudiantes que, a partir de este día, integran las filas de los miles de egresados de esta unidad académica de la UNSJ.