“El Gran Sanjuanino”

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Por el Lic. Prof. Fernando A. Ocampo Bravo

Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), se destacó como masón, docente, político, escritor, periodista, militar, gobernador de la provincia de San Juan, presidente de la Nación, senador nacional y ministro del Interior.

En todo momento fue un impulsor de la minería y la educación. Sarmiento, imaginó un país moderno, para lo cual era necesario crear instituciones educativas, científicas y técnicas en pos de la industrialización y el progreso.

Por parte de la minería, Sarmiento, no concibió la minería sanjuanina como una empresa de simple extracción y fundición de minerales. Sus miras, mucho más amplias, fueron que con el apoyo de la riqueza mineral complementaran la economía promoviendo la agricultura, la industria y el comercio y hasta poblar el desierto territorial. El desarrollo de la minería traería aparejado, el desarrollo agrícola, ganadero, industrial y comercial. La minería, así enfocada, se convertiría en motor de una verdadera revolución económica de repercusión nacional.

En 1871 se concretó la creación del Departamento de Minas, anexo al Colegio Nacional de San Juan, fecha que se toma como la creación de la Escuela, que otorgaba el título de Ingeniero. En 1873 se separó del Colegio Nacional y la Escuela de Minas ocupó diferentes domicilios sin un edificio  propio hasta casi mediados del siglo XX.

Entre sus numerosos escritos y discursos en favor de esa actividad industrial, se recuerda su frase: “¡Santo Dios, el fabuloso Dorado viene a realizarse a nuestra vista! Diez pesos por carga de tierra, donde se pueden extraer millones de millones de cargas, y lo que es más, ¡sin perjudicar a la agricultura, ni a las poblaciones, ni a los pastos, ni excavar la tierra a grandes profundidades!”.

Por parte de la minería actual en San Juan y en la Argentina, Sarmiento, estaría asombrado por toda la tecnología y los aportes a la economía local, es un verdadero avanzado de su época en vislumbrar esto como ancla en la Argentina.

Por otro lado, era de práctica masónica adherente y católico a la vez. Los masones profesan el amor al prójimo, sin distinción de nacionalidad, de creencias y de gobierno, y practican lo que profesan en toda ocasión y lugar.

Se inició en la masonería en 1854 en la Logia Unión Fraternal de Chile. Dos años más tarde, fundaría en Buenos Aires la Logia Unión del Plata Nº 1. Durante el gobierno de Bartolomé Mitre, viajó a los Estados Unidos en misión diplomática, como representante de la Gran Logia y el Supremo Consejo Grado 33 de la Argentina.

Los restos de este prócer Argentino se encontraban en el Cementerio de Recoleta en Buenos Aires. La tumba fue diseñada por el mismo Sarmiento, en donde se pueden ver ciertos rasgos masónicos. Esta tumba consta de un podio de forma rectangular, revestido en mosaico, seguido de un obelisco y en lo alto se puede ver un cóndor de bronce. En la base se puede leer “civilización y barbarie” un libro muy popular escrito por Sarmiento. Descendiendo por una escalera, se llega a la cripta, donde se puede observar un altar y allí mismo yacen los restos de Domingo Faustino Sarmiento, el “gran maestro” de todos los tiempos.

La Ley Nº 23.633, sancionada el 28 de Septiembre de 1988 y promulgada de hecho el 20 de Octubre de 1988, dispuso el traslado de los restos mortales de Don Domingo Faustino Sarmiento desde su actual emplazamiento en el Cementerio Porteño de la Recoleta a la Ciudad de San Juan, en la Provincia de San Juan.

El 11 de septiembre, Día del Maestro, se recuerda el fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento en ese día de 1888, en Asunción del Paraguay.

Propongo, por su trayectoria y hechos, que este día debe ser feriado nacional en toda la República Argentina, es una acto que se debería debatir en el congreso nacional y tener los votos necesarios para hacerlo efectivo, por parte de nuestros políticos.

Publicado el Martes, 28 de Junio de 2022