Cartelera

Festival Slam Boca de Zorro en San Juan

Compartir en tus redes

El Sábado, 29 de Noviembre, de 18 a 22 hs.; en el Centro Cultural Conte Grand se desarrolla el Festival Slam Boca de Zorro. La entrada es gratuita.

Actividades

  • Copa de ganadores
  • Presentación de Antología «Boca de Zorro 2025»
  • Competencia de poesía oral para elegir al representante de San Juan en el Slam Argentina
  • Gran Feria
  • Bandas
  • Representante Slam Argentina

Escritores

  • Ailen López
  • Belen García
  • Carlos Manzano
  • Ceci Más
  • Coti Say
  • David Alós
  • Flavia Domínguez
  • Franco Amarillento
  • Guille de los Andres
  • Jesús Ojeda
  • Leo de los Ríos
  • Lu Solar
  • Pablo Berrondo
  • Sindelar
  • Tesaka

Prólogo de la Antología «Boca de Zorro 2025»

Primera Edición

A veces la vida consiste en seguir una corazonada y saltar al vacío.

Esa noche cuando salió de aquella casa cultural en el corazón de Córdoba Capital, el pecho todavía le retumbaba. En su cabeza, rayos de ideas zigzagueando, como si algo se hubiera encendido ahí adentro.

Una certeza y una corazonada.

Al otro día, a primera hora, iba a escribir un mensaje y hacer lo imposible por convencer a un amigo de seguir esa intuición palpitante. Unas semanas antes había experimentado un evento extraño y singular sin ninguna expectativa. Era una noche fría de invierno y se aferraba al vino servido en un vaso enclenque de plástico como la única pócima capaz de entibiar su garganta. Frente a ella, un grupo de poetas con un micrófono en mano.

¿Una competencia de poesía?

Nunca había escuchado de algo parecido. Y sin embargo, ahí estaban: ocho personas riñendo con solo su voz y cuerpo, como si cada palabra fuera un golpe, una defensa, un manifiesto.

Todos contra todos.

Todo valía: el ademán de las manos, las pausas, el juego con los movimientos, con las tonalidades. Un silencio bien utilizado podría ser una estrategia infalible. Todo valía o casi todo. Eso lo sabría después, aprendería las tecnicidades de aquella batalla poética.

En ese momento sí se percató de las tres personas apartadas a un costado que tomaban nota. El jurado. Aquel grupo juicioso que tenía la potestad de decidir si los poetas podían seguir leyendo. Cada uno de los slammers ―el término que después se daría cuenta era el correcto― luchaba por una lectura más, una palabra más, un aplauso más y por eso usaría cada elemento literario y corporal que estuviera a su alcance.

Luego de esa primera noche, subiría ella misma al escenario y competiría. Sentiría la adrenalina por los poros y entonces se terminaría de convencer:

—Tenemos que hacer un Slam en San Juan— le había soltado a Gonzalo, que desde hace 8 años compartía el mismo grupo literario «Momentos en Prosa»; lo hizo con urgencia y decisión, salvando las distancias por una reunión virtual.

Cuando Gonzalo escuchó por primera vez aquella frase sintió que algo se abría como una grieta luminosa entre la rutina y la intuición. La imagen del Slam todavía le resultaba esquiva, apenas un puñado de referencias sueltas que había escuchado entre lecturas, entrevistas a artistas urbanos y alguna charla de pasillo. Pero esa noche, mientras cerraba la laptop después de que Sol soltara aquellas palabras en la reunión con el grupo «Momentos en Prosa», la propuesta le quedó vibrando como una campanada persistente.

¿Funcionaría algo así en San Juan?

La pregunta se le instaló en el pecho, incómoda y desafiante. San Juan, con su tradición más inclinada a lo formal, a los eventos previsibles, a los públicos que buscan certezas. Un Slam, en cambio, era lo contrario: era el vértigo hecho escenario, era la palabra jugada como salto al vacío, era un formato desnudo y frontal que exigía presencia, riesgo y a veces incluso desobediencia.

Pensó: Es novedoso. Es raro. Es perfecto.

Y enseguida: ¿Pero quién se va a animar? ¿Quién va a querer exponerse?

Como siempre hacía ante las ideas que le quemaban los dedos, le habló a sus amistades: primero a Mai, que siempre encontraba alguna forma de entusiasmarse con proyectos improbables; luego a Uma, que tenía esa habilidad para detectar lo que tenía futuro incluso antes de que existiera; y después a Guille, que no tenía filtro y por eso mismo era el termómetro más honesto. Todos, en mayor o menor medida, reaccionaron igual: sorpresa, intriga, una sonrisa torcida.

¿Competencia de poesía? ¿Acá?

Pero a nadie le frenó lo imposible, por el contrario, lo posible desafiaba hacerse realidad.

En algún momento de la conversación interna — esa que él tenía consigo mismo durante la siesta sanjuanina, entre mates tibios y la computadora abierta — lo supo: si algo así tenía una mínima posibilidad de funcionar en la provincia, sería precisamente por eso.

Porque San Juan también necesitaba espacios donde la palabra se peleara y se celebrara al mismo tiempo. Porque había una generación entera buscando decir algo de una manera distinta. Porque una competencia de poesía era una rareza… y las rarezas, bien hechas, se vuelven faros.

Apareció el Zorro como imagen, como un personaje manyin, una forma de hablar de regionalismo, ser atrevido y jugar con el lenguaje una vez más. Boca de Zorro como de contar historias imposibles, anécdotas inconfesables y de mantener una energía que no admite medias tintas. Si alguna vez había una primera edición del Slam, el Zorro aparecería sin aviso, como un concepto de astucia y cuyanía, de decir lo que se piensa sin importar las reglas, sin importar lo bueno y lo malo, un concepto para jugar y divertirse, una actitud de «lo resolvemos en el escenario» que sería impredecible y necesaria.

La idea asustaba y electrificaba en partes iguales. Y a veces ―pensó Gonzalo― eso es exactamente lo que indica que vale la pena intentarlo. Esa corazonada, nacida en una casa cultural en Córdoba, no era un capricho ni una exageración del momento. Era parte de algo mucho más grande. Mientras intentaban explicar la electricidad del Slam y procesar la idea ―esa mezcla de vértigo y posibilidad―, todos estaban abriendo una puerta que conectaba a San Juan con una tradición que venía de mucho más lejos.

Porque el Slam no había empezado ahí, ni en Córdoba, ni siquiera en Argentina. Esto era una parte más que formaba parte de un movimiento mundial que llevaba décadas expandiéndose, transformándose, adaptándose a cada territorio.

Y era precisamente esa historia —ese linaje de voces en combate, de cuerpos en escena, de palabras que buscan un público, un eco o una grieta— lo que comenzaba a empujar la intuición que los unía. San Juan todavía no lo sabía, pero estaba a punto de sumarse a una constelación poética que había hecho temblar escenarios en todo el planeta.

A veces la poesía necesita un escenario donde latir sin permiso. Así nacieron los Slams en el mundo: como un acto de desobediencia estética, un salto al vacío.

En Chicago, 1984, un obrero de la construcción decidió que la poesía debía recuperar su voz callejera. Estaba cansado de los recitales solemnes donde nada sucedía, donde la palabra parecía un objeto de museo. Así creó un formato vivo, eléctrico: poetas con textos propios, tiempo limitado, un jurado del público y la regla más simple de todas: la poesía tiene que pasar, acá y ahora.

Porque cuando la palabra se dice en voz alta, no solo se escucha: sucede.

Ese estallido se expandió rápido. Primero por Estados Unidos, luego por Europa. En cada ciudad el Slam se transformó: a veces combativo, a veces humorístico, a veces político, pero siempre una ceremonia de voz y cuerpo. En Sudamérica llegó como un rayo en los 2000: Brasil, con sus Slams periféricos llenos de ritmo y resistencia; Chile, con un cruce vibrante entre teatro y poesía; Perú, Colombia y Uruguay, en escenas que mezclaban oralidad ancestral, militancia, calle y comunidad.

En nuestro continente, cada Slam es un ritual donde el cuerpo sostiene lo que la palabra no alcanza a decir. En Argentina la semilla prendió alrededor de 2012– 2014, con ciclos pioneros como Slam Buenos Aires, Slam Federal y los encuentros ligados a Poesía Ya! Luego la chispa se expandió: Córdoba, Rosario, La Plata, Mendoza, Neuquén. Una geografía de voces que empezó a trazar mapas nuevos. Y en medio de ese mapa, hacia finales de 2024, un desierto vibrante —San Juan— comenzó a preparar su propio escenario.

El Slam Poético San Juan – Boca de Zorro nació como nacen las cosas verdaderas: de una corazonada. Su primera edición ocurrió el 5 de diciembre de 2024; un puñado de poetas, un público curioso y la sensación de estar encendiendo algo que no se sabía bien hacia dónde iba.

Porque a veces basta una sola voz valiente para empezar a mover un desierto entero.

Desde entonces, este Slam fue habitando distintos lugares, casi como un animal nómade buscando ecos nuevos. Pasó por casas culturales, chalets históricos, bares urbanos y casas de té escondidas entre jardines. Cada espacio le dio su propia respiración.

El camino comenzó en El Huazi Multiespacio, una casa cultural de paredes inquietas y pasillos llenos de historias. Allí se dio el primer salto: tímido, emocionante, irrepetible.

Luego llegó Entre Montañas – Casa de Té y Café, donde el aroma dulce y la lluvia de otoño contrastaba con la tensión del escenario. Entendimos que la poesía también podía ser íntima, suave, pero igual de punzante.

La tercera estación fue el Chalet Histórico de Ausonia, con su arquitectura que moldea el tiempo. El Slam parecía un choque de épocas: la tradición recibiendo a la irreverencia.

Después llegó el Chalet Cantoni, donde los vitrales y las maderas antiguas se mezclaron con la fuerza de las voces jóvenes que reclamaban un lugar propio.

Luego vino Malandrino Bar, más crudo, más sonante, más nocturno. Un ring pequeño donde cada poeta hacía de su respiración un arma.

Y más adelante, volvimos al Chalet Cantoni, como quien regresa a un buen abrazo, a un buen trago alegre de viernes. Ahí entendimos que el Slam también necesita raíces, movimiento y comunidad.

Hoy, hacia el cierre de esta primera etapa, nos preparamos para un nuevo salto: el Centro Cultural Conte Grand, un espacio que late al ritmo de las escenas emergentes. Un lugar que parece construido para lo que viene.

Porque cuando una escena crece, también crece el territorio que la sostiene.

7 ediciones después.

Más de 90 poetas en las convocatorias.

15 ganadores.

Más de 20 emprendimientos y artistas musicales acompañando…

Llegamos a este libro. Un archivo vivo de una escena reciente pero intensa. Un registro de quienes se animaron a pararse frente a un micrófono para decir algo que no podía seguir callado.

Aquí están los poetas del desierto 2025, los más aguerridos, aquellos que llegaron a la última ronda por la mezcla exacta ―y siempre impredecible― de talento, azar, performance, cuerpo, estrategia y pulsión.

Cada uno dejó una marca. Cada uno empujó un poco más la frontera.

Porque en un desierto como el nuestro, cada palabra que se anima a arder es un acto de resistencia.

Porque un slam es un abrazo de voces que chocan.

Y porque si este libro existe, es gracias a quienes se animaron a entregarse al público, dejar atrás lo propio para hacerlo colectivo.

Esto recién empieza.

El desierto ya despertó.

Momentos en Prosa
Grupo de Creación Literaria

 

BOCA DE ZORRO – SLAM POÉTICO SAN JUAN
FESTIVAL: EDICIÓN COPA DE GANADORES
Mail de contacto: slamsjbocadezorro@gmail.com

Resumen ejecutivo

El Slam Provincial de Poesía Boca de Zorro tiene como objetivo reunir a artistas locales de toda la provincia en una competencia de poesía oral única, donde la palabra y la expresión corporal se conjugan para crear una experiencia cultural vibrante y transformadora.

A través de una serie de rondas eliminatorias, poetas de distintas localidades demostrarán su creatividad y habilidad en el arte de la poesía oral, en un evento dirigido tanto a participantes como al público general.

Este slam se organiza como una competencia abierta y comunitaria, con una estructura basada en las reglas tradicionales de las competencias de poesía oral: textos de autoría propia interpretados sin acompañamiento musical, objetos, disfraces ni utilería, rondas de tres minutos y las evaluaciones de un jurado con siete (7) personas destacadas del arte de San Juan y Cuyo.

Esta edición de ”Copa de ganadores” se realiza con los tres primeros lugares de las seis ediciones competitivas que tuvimos a lo largo del año en distintas sedes de la provincia. Los poetas seleccionados avanzarán hacia una final donde se definirá quién representará la fuerza poética local en futuras instancias regionales o nacionales.

La cantidad de escritores-lectores son estimadamente quince (15) ya que el año cierra con la 7ma edición en Octubre y con el Festival en Noviembre. A los mismos se les otorgó la posibilidad de presentar un texto para ser compilado en una antología editada por Momentos en Prosa y Abdulah Libros, denominada Antología de Poesía Oral Slam Boca de Zorro.