Los disensos y concensos entre las fronteras de Argentina y Chile. Se conmemora 36 años de la firma del Tratado de Paz y Amistad

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Se firmó, en la Ciudad del Vaticano el 29 de noviembre de 1984, bajo el arbitraje de Juan Pablo II.

Lic. Prof. Fernando A. Ocampo Bravo

Argentina y Chile comparten la tercera frontera más larga del mundo después de la de Estados Unidos y Canadá y la de Rusia con Kazajistán.Con una longitud de 5.308 kilómetros, la frontera separa a Chile de Argentina a lo largo de los Andes y en la isla Grande de Tierra del Fuego.

Múltiples eventos, han tenido estos países vecinos y hermanos de por vida. En 1843, Chile tomó posesión efectiva del Estrecho de Magallanes y territorios adyacentes, situación que provocó la molestia de Argentina. El gobierno argentino alegó derechos en el Estrecho y sus costas, y reclamó por la fundación del Fuerte Bulnes, de propiedad chilena. En 1856, fundó una colonia indígena para bloquear la soberanía chilena en la zona. El conflicto fue solucionado en 1881, cuando el 23 de julio de ese año se firmó el Tratado de Límites de 1881, que estableció que el límite entre ambas naciones es, de Norte a Sur, la Cordillera de los Andes hasta el paralelo 52º, y que la línea fronteriza correrá por las cumbres más elevadas que dividan las aguas. En la región austral del continente y al Norte del Estrecho de Magallanes el límite se estableció por una línea que parte en la divisoria de las aguas de Los Andes, continúa por el paralelo 52º hasta su intersección con el meridiano 70º, y en ese punto se quiebra y sigue por una línea hasta Punta Dungenes. Los territorios que quedan al Norte de dicha línea pertenecerían a Argentina, y los del sur a Chile. En cuanto a Tierra del Fuego, se dividió la isla por una línea vertical que parte del cabo Espíritu Santo; la parte oriental de la isla quedó bajo soberanía argentina, mientras que la parte occidental bajo jurisdicción chilena. Por último, se determinó que Chile era país soberano en ambas riberas del Estrecho de Magallanes. Para ello, se comprometió a no construir fortificaciones militares para garantizar la neutralidad del Estrecho.

La aplicación de estos límites no tuvo mayores problemas en el norte y centro de la cordillera, pues en esas zonas las altas cumbres y la divisoria de aguas coincidían. Sin embargo, en la región de la Patagonia hubo diversas interpretaciones del Tratado. Chile sostenía que la línea divisoria debía seguir por la divisoria de las aguas, mientras que Argentina por las cumbres más altas. Con el fin de dirimir esta disyuntiva se firmó un Protocolo en 1893, que reafirmó la división estipulada en el Tratado de 1881 y estableció que la división de Tierra del Fuego seguiría la línea de Los Andes, partiendo en la cumbre más elevada.

La aplicación del Tratado tuvo inconvenientes también en la zona de la Puna de Atacama, ubicada en la cordillera entre los paralelos 23º y 26º, actual provincia de Atacama. Los problemas se suscitaron luego de que el gobierno chileno se enterara en 1889 que Bolivia había cedido parte de la Puna a Argentina. Se necesitó de la ayuda del gobierno de Estados Unidos, quien envío en su representación a Argentina en 1889 a William Buchanan. El delegado norteamericano se reunió con su par chileno, Enrique Mac-Iver y con el delegado argentino, José Uriburu. Mac-Iver alegó que la Puna de Atacama pertenecía a Chile y que la cesión de tierras por parte de Bolivia a Argentina era inválida, pues el territorio no le pertenecía. La comisión decidió que el límite definitivo se establecería por una línea recta desde la intersección de los paralelos 23º y 67ºO, hasta la cima más alta del Cerro Zapaleri.

A raíz de los inconvenientes originados por la aplicación del Tratado se decidió establecer un pacto en mayo de 1902. En este se estipula que cualquier conflicto entre Chile y Argentina será solucionado pacíficamente, además que todas las controversias serán dirimidas por un arbitraje neutro por parte de S.M. Británica. Cualquiera de las dos repúblicas podrá solicitar el arbitraje, cuya sentencia será decisiva, definitiva e inapelable.

En la década de 1960 volverán a presentarse conflictos con Argentina, esta vez en la zona de Palena, al sur de Chile. Para solucionarlo, se recurre -como estaba estipulado- al laudo arbitral de S.M.B. Isabel II. El problema se suscitó por la falta de claridad con respecto a la dirección de la línea divisoria entre los hitos 16 y 17. Luego del estudio de la zona de Palena y de las dudas con respecto al trayecto de la división entre los hitos, el arbitraje decidió que la línea demarcadora iría de forma recta de Norte a Sur, aunque con desviaciones de este a oeste según los accidentes geográficos lo requirieran. Así, unió el hito 16 en la orilla norte del Río Palena y el 17 en la ribera norte del lago General Paz.

Luego de aclarado este conflicto, se puso en discusión la soberanía sobre el canal Beagle y las islas Picton, Lennox y Nueva. Argentina rechazó lo estipulado en el Tratado de 1881 que declaraba a las islas del canal Beagle hasta el Cabo de Hornos como chilenas. Nuevamente, se recurrió al arbitraje al Arbitraje Británico, cuya sentencia referida a la zona del Canal Beagle confirmó lo expresado por el Tratado de 1881, señalando que pertenecen a Chile las islas Picton, Nueva y Lennox, conjuntamente con los islotes y rocas inmediatamente dependiente de ellas y todas las islas e islotes al sur del límite en el Canal Beagle. Argentina, en 1978, declaró insanablemente nulo dicho fallo, generándose un clima tenso y potencialmente bélico. En 1979 se recurrió a la mediación del Papa Juan Pablo II, quien logró que ambos países firmaran el Tratado de Paz y Amistad de 1984. Este tratado confirmó lo establecido por el Laudo de 1977, que dice que las islas Picton, Nueva y Lennox eran chilenas. Además delimitó los espacios del Mar Austral y la boca oriental del Estrecho de Magallanes. Asimismo, estableció la voluntad de solucionar pacíficamente los conflictos, preservando la cooperación e integración de ambas naciones.

El Tratado de Paz y Amistad al acuerdo firmado entre Argentina y Chile el 29 de Noviembre de 1984, que determinó;«la solución completa y definitiva de las cuestiones a que él se refiere», esto es, la fijación del límite entre los dos países desde el canal Beagle hasta el pasaje de Drake al sur del cabo de Hornos. El tratado finalizó el conflicto del Beagle, que llevó a ambos países hasta el borde de la guerra en diciembre de 1978.

El último conflicto limítrofe con entre ambos territorios, fue el acontecido en torno a la delimitación de Campo de Hielo Sur, durante la década de 1990. En 1998 se suscribió en Buenos Aires el «Acuerdo entre la República de Chile y la República Argentina para precisar el recorrido del límite desde el Monte Fitz Roy hasta el Cerro Daudet.

En conclusión; a pesar de cualquier diferencia, entre las Naciones hermanas, también existen buenas relaciones de amistades, lazos familiares o laborales se reflejan en ambos lados del cordón montañoso que divide estas naciones hermanas. De hecho, miles de argentinos y chilenos cruzan la cordillera de forma constante, como turistas, compradores de diversos productos o simples aventureros en busca de hermosos paisajes.

Somos y seremos vecinos eternamente, debemos trabajar para seguir cultivando la amistad y paz entre ambos países.

Cuando se inauguró, el monumento del Cristo Redentor de los Andes, en la frontera, el Monseñor Ramón Ángel Jara, Obispo de San Carlos de Ancud de Chile, el 13 de marzo de 1904, señaló, algo que está más vigente que nunca, en esto tiempos:

Y cuando las futuras generaciones suban por estos desfiladeros, conducidos por brazos del vapor, no encontrarán, como en las Termópilas, escrito con sangre en las desnudas piedras, aquel testamento de los heroicos espartanos: «Aquí rendimos la vida por defender las patrias leyes». Antes bien, llegarán a esta cumbre, y en el bronce de este glorioso monumento verán grabada con caracteres de fuego una leyenda sublime: «Se desplomarán primero estas montañas, antes que argentinos y chilenos rompan la paz jurada a los pies del Cristo Redentor».