Día del Himno Nacional Argentino

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Hoy se conmemora el día del Himno Nacional Argentino. Sabemos que se celebra un día como hoy, ya que en 1813 la Asamblea General Constituyente y Soberana del Año 1813, conocida comúnmente como Asamblea del Año XIII, aprobó el uso del himno en calidad de única Marcha Nacional.

Pero como suele suceder en la historia de todos los países, la historia del himno que conocemos no es la real y oculta una carga política interesante, tanto por lo que no fue, como por lo que puede llegar a ser.

Vicente López y Planes y Blas Parera no crearon el “Himno Nacional Argentino”.  Argentina no existía en esa época, lo que sí existía era un territorio parcialmente soberano que luchaba por su completa autonomía, las Provincias Unidas del Sur o Provincias Unidas del Río de la Plata nombre utilizado desde el punto de vista porteño.

La historia de Mitre, heredero ideológico del mundo que diseñó Bernardino Rivadavia y sus amigos, planeaba un país a la europea, pequeño, manejable, blanco. Por ello ocultó y se encargó de hacerlo tan bien que hasta hoy pocos saben la historia de grandeza que tuvimos y pudimos tener.

Las Provincias Unidas de América del Sur era un extenso territorio de aproximadamente 5 millones de kilómetros cuadrados. Demasiado grande para los cerebros pequeños que detentaban el poder en la época. Pero hay que ser justos, no sólo fue responsabilidad de Rivadavia y sus amigos. Sufrimos lo que hoy se conoce como proceso de balcanización, que es una estrategia geopolítica que consiste en dividir territorios para debilitarlos. El Reino Unido, hábil militar como diplomáticamente en la época y la actualidad, utilizó esta herramienta contra lo que hoy es Holanda y Bélgica, que disputaban el poderío naval inglés, en África, en Oriente Medio.

En América Latina la balcanización frustró el intento de la Patria Grande preconizada por Simón Bolivar que se intentó en el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826. Pero antes ya había intervenido en la división de las Provincias Unidas del Sur. Típico caso es la falta de apoyo del gobierno central a las tropas del Ejército del Norte con Belgrano a la Cabeza y luego el abandono de los patriotas altoperuanos como Juana Azurduy de Padilla y otros, así como la muerte de Martín Miguel de Güemes. Quienes quedaron tuvieron que seguir la guerra antiimperialista solos, sin la ayuda de la rica Buenos Aires.

Otro ejemplo de la gran Patria perdida está oculta en nuestra simbología nacional. La bandera que hoy usamos es la bandera de las Provincias Unidas, al igual que el Escudo Nacional, igual que el Himno, igual que la Declaración de Independencia del Congreso de Tucumán en 1816.

Basta reconocer provincias hoy extrañas para los argentinos presentes en esa declaración. Y es que antes fuimos o pudimos seguir siendo un solo país, lo que hoy somos argentinos, bolivianos y uruguayos.

Cuando Belgrano planteó como sistema de gobierno una monarquía dirigida por un descendiente del Inka, lo hizo pensando en la integración de los pueblos altoperuanos.

A fin de honrar a la verdad y exponer la nostalgia y por qué no, el deseo de volver a ser una sola gran nación, Argentina, Bolivia y Uruguay, me encuentro motivado a expresar estas palabras.